Definición: El Alma (La Caja de Pandora)

Querido cofre eres definido por muchos como la posesión de todos los males de este mundo, tu propósito mayormente este asociado con desatar la ira y destrucción de los mas fuertes. Hoy te quiero relacionar con una parte fundamental de nuestra humanidad. El Alma

Desconozco si ya lo han hecho alguna vez, la comparación entre dicho mito griego y esta parte que parece ser fundamental en el ser humano, debo admitir que el alma me sigue generando muchas dudas, normalmente la asocian al lugar donde nuestras emociones tienen su origen y desarrollo.

La causal de las dudas sobre el alma es generada por esas emociones que nos llevan a tomar decisiones tanto sabias como estúpidas. Después afrontamos las consecuencias sean buenas o malas llevando a razonamiento esos sentimientos.

Algunos de los cuales he meditado son:

Frustración:

Normalmente no me doy cuenta de cuando esta entro en acción. Para detectarla es muy difícil, normalmente viene acompañada de varias emociones mas y las cuales su comportamiento es realmente similar. Sus consecuencias siempre destacan por dejar una vida apesadumbrada.

Ansiedad

Esta viene anunciando su entrada desde mucho antes. Comienza colapsando las partes mas pequeñas de nuestra vida, su actuar es inoficioso y nos ocupa antes de tiempo. Para cuando la detectemos ha sido demasiado tarde, ya ha salido de nuestra alma para ocupar nuestros pensamientos.

Amor

Aunque he meditado en muchas mas emociones. Puedo decir con firmeza que si fuera calvo este es el sentimiento que mas me ha lustrado mi cabeza. De este no puedo determinar un origen o un fin, siempre esta presente y su accionar es totalmente espontaneo, hay veces viene acompañado de la tristeza y otras veces viene con felicidad. Así como no puedo determinar un origen, tampoco un fin.

En conclusión, puedo decir que el alma es sencillamente una caja de pandora, no sabes con lo que te encontraras. Pero siempre es mejor mantenerla cerrada hasta que el creador decida meter su mano en esta para poder escoger nuestra dirección.

Mateo 6:25 – 34