La personificación de la misericordia y compasión


Era el siglo XV, Inglaterra y Francia estaban de nuevo en guerra por lo cual la economía de los dos países estaba disminuyendo lentamente. Francia se conocía porque en tiempos de crisis siempre priorizaba la burguesía. Algo totalmente opuesto a lo que era Inglaterra, A los ingleses los gobernaba un rey que se le conocía por ser compasivo, misericordioso y por sobre todo justo.
Cada mes todos los reyes recaudaban los impuestos de los pueblos a su cargo. En Francia cada fin de mes se generaban protestas las cuales muchas veces terminaban en masacres, la burguesía francesa no le interesaba el sufrimiento del pueblo así que mensualmente los banquetes en los castillos eran de esperarse.
Mientras tanto en Inglaterra los impuestos se recaudaban según los ingresos económicos de cada familia o terrateniente, el informe final era revisado directamente por el rey para establecer una economía justa. Mientras el rey revisaba las cuentas del país se dio cuenta de una incongruencia.
El rey decidió llamar a su consejero.

-Querido Wilfred porque se siguen presentando estas incongruencias en nuestros reportes financieros, veo que hace tres meses el pueblo de Canterbury no ha presentado correctamente sus impuestos.
-Mi rey, Canterbury esta pasando por un periodo de sequía, su principal actividad económica es la agricultura, debido a esto sus impuestos han bajado notablemente.
-Gracias por la información, tomaremos acciones inmediatamente.
-Mi rey que piensa hacer…
-Ya te darás cuenta Wilfred.

El rey organizo una caravana para visitar Canterbury, en el momento que llego al pueblo solicito reunirse con el terrateniente encargado para discutir las problemáticas que se están presentando.

-Mi rey cual es el motivo de su visita.
-Sr. Candace creo que usted ya sabe el motivo de mi visita.
-Mi rey por favor solicito su perdón, la verdad nuestra situación es muy difícil, ya nuestras familias se están enfermando debido al hambre y yo como el representante de Canterbury me siento sobrepasado por la situación.
-Señor Candace recuérdeme su nombre por favor.

(Candace con voz temblorosa respondió)

-Richard, soy Richard Candace mi señor.
-Está bien Richard, te quiero hacer una pregunta.
-Claro mi rey será un gusto responderle.
- ¿Alguna vez pensaste en solicitar mi ayuda?
-No señor, nunca.
-Esta bien Richard, la próxima vez no dudes en solicitar mi ayuda. Eso es todo lo que necesitaba saber.
-Está bien mi rey.

Al pasar los días, el pueblo de Canterbury recibió una dotación de alimentos que aseguraba su manutención durante varios meses. El terrateniente de Canterbury se dirigió al palacio del rey.
El consejero lo detuvo.

-Hacia donde te diriges Richard.
-Señor consejero necesito ver al rey con urgencia.
-Porque necesita verlo señor Richard.
-Señor consejero el rey acaba de perder la cordura, como es posible que nos entregue alimentos en medio de esta crisis.
-Ok. Señor Richard hable usted directamente con el rey.

Richard se dirigió con prisa a donde estaba el rey y con una exclamación le reclamo.

- ¡Mi rey que está pensando!
-Perdona Richard, ¿porque me hablas así?
-Disculpe mi rey, es que estoy sorprendido. Porque decidió invertir los recursos del reino en nosotros. Estamos en guerra, es importante no malgastar los recursos.

-Y quien dijo que los recursos venían del reino, entiendo la crisis por la que estamos y malgastar no es una opción, así que decidí sacar de mi banca personal para suplir sus necesidades.
- ¿Por qué hizo eso?
-Sencillo Richard, ustedes son mi pueblo y hacen parte de mí.
-Gracias mi rey, nunca había conocido a un rey tan misericordioso y compasivo como usted.

En los próximos meses hubo un combate entre Francia e Inglaterra, el país ingles debido a que su pueblo estaba en una buena condición culmino aplastando al ejército francés.

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios 1:3-4

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